Diseño Industrial
Actualidad: Investigación y Análisis
Cuento: La Casa de Pedro
Pedro, un hombre de familia y muy trabajador, vivía en un rancho; su casa se ubicaba en la
entrada norte del mismo. Vive con su esposa y su dos hijos pequeños, estos tienen alrededor
de 8 y 10 años de edad. Pedro no es solamente el cuidador de dicho acceso, también trabaja
alimentando y ordeñando las vacas del rancho. De vez en cuando, él, en su tiempo libre, monta
su caballo al pueblo más cercano para frecuentar a sus amigos del pueblo y ranchos aledaños;
se reúnen a beber y liberar el estrés del trabajo.
Cuando Pedro regresa a su casa, su mujer, Claudia, se mete en problemas si no hay comida lista para la cena, es entonces que él estalla en la ira de su embriaguez, perdiendo el control de sus pensamientos y acciones, y frecuentemente Claudia resulta ser azotada por las manos o el cinto de cuero de Pedro.
A la mañana siguiente Pedro no recuerda del todo sus actos, inicia un nuevo día y actúa como si nada hubiese pasado. La misma rutina de trabajo lo mantiene ocupado mientras Claudia llora amargamente con su madre, María, a un lado.
Al paso del tiempo, el alcoholismo de Pedro incrementa a medida que las consecuencias empeoran en su casa. Durante una jornada de trabajo en el rancho, una vaca se desploma en pleno corral, y Pedro, junto con los demás peones, corren a revisar a la vaca caída para descubrir que ésta había muerto. El veterinario dio el veredicto de que la vaca fue envenenada por algo que contenía el alimento que le proporcionaron, por tanto, el ejidatario Don Rafael, adjudicó dicho acontecimiento a Pedro, con la condición de reponer la pérdida de la vaca muerta.
Con la frustración y la depresión, Pedro acudió a la cantina del pueblo, dónde trago por trago desquitó ese sufrimiento que la vaca le había ocasionado; mientras tanto, Claudia se encontraba casa con María y los dos pequeños, pensando en una solución con el problema que Pedro
ha estado teniendo.
Dada la hora de volver a casa, Pedro toma un último trago y emprende su camino de vuelta; tambaleándose en su caballo y el tropezar de este, aumenta una desesperación en su interior
por el hecho de retrasar y entorpecer su trayecto. Finalmente llegó a casa, y para sorpresa, la
cena no estaba lista en ese momento, situación que resaltó una ira descomunal por parte de
él, María llevó a los niños a refugiarse en la habitación de estos, mientras Clauida intentaba calmar el desahogo de Pedro, pero esto no funcionó. La embriaguez de Pedro junto con sus problemas en el rancho lo cegaron completamente, entonces fue que él tomó su machete y comenzó a dar machetazos a Claudia, dejándola indefensa y en su lamentable muerte.
María, al escuchar los gritos y ruidos provenientes del sufrimiento de Clauida, sacó
a los niños por la ventana de la habitación; al intentar salir ella, Pedro estaba dentro de la habitación, y con las intenciones de darle el mismo destino que a Claudia, lanzó un machetazo que alcanzó a rebanar la mejilla de María. Una vez afuera María huye con los niños a la casa de Don Rafael en busca de protección y denuncia a las acciones de Pedro.
La mañana siguiente, Don Rafael junto con sus peones, salen en busca de detener a Pedro y llevarlo ante la justicia; a la hora de iniciada la búsqueda, encuentran a Padro en la orilla del río lavando su machete ensangrentado, entonces Don Rafael pregunta de dónde provenía esa
sangre, a lo que Pedro respondió que pertenecía a la vaca muerta del día anterior, antes de que pudieran detenerlo, Pedro subió a su caballo y huyó. Desde entonces nadie ha vuelto a saber de él.
Cuando Pedro regresa a su casa, su mujer, Claudia, se mete en problemas si no hay comida lista para la cena, es entonces que él estalla en la ira de su embriaguez, perdiendo el control de sus pensamientos y acciones, y frecuentemente Claudia resulta ser azotada por las manos o el cinto de cuero de Pedro.
A la mañana siguiente Pedro no recuerda del todo sus actos, inicia un nuevo día y actúa como si nada hubiese pasado. La misma rutina de trabajo lo mantiene ocupado mientras Claudia llora amargamente con su madre, María, a un lado.
Al paso del tiempo, el alcoholismo de Pedro incrementa a medida que las consecuencias empeoran en su casa. Durante una jornada de trabajo en el rancho, una vaca se desploma en pleno corral, y Pedro, junto con los demás peones, corren a revisar a la vaca caída para descubrir que ésta había muerto. El veterinario dio el veredicto de que la vaca fue envenenada por algo que contenía el alimento que le proporcionaron, por tanto, el ejidatario Don Rafael, adjudicó dicho acontecimiento a Pedro, con la condición de reponer la pérdida de la vaca muerta.
Con la frustración y la depresión, Pedro acudió a la cantina del pueblo, dónde trago por trago desquitó ese sufrimiento que la vaca le había ocasionado; mientras tanto, Claudia se encontraba casa con María y los dos pequeños, pensando en una solución con el problema que Pedro
ha estado teniendo.
Dada la hora de volver a casa, Pedro toma un último trago y emprende su camino de vuelta; tambaleándose en su caballo y el tropezar de este, aumenta una desesperación en su interior
por el hecho de retrasar y entorpecer su trayecto. Finalmente llegó a casa, y para sorpresa, la
cena no estaba lista en ese momento, situación que resaltó una ira descomunal por parte de
él, María llevó a los niños a refugiarse en la habitación de estos, mientras Clauida intentaba calmar el desahogo de Pedro, pero esto no funcionó. La embriaguez de Pedro junto con sus problemas en el rancho lo cegaron completamente, entonces fue que él tomó su machete y comenzó a dar machetazos a Claudia, dejándola indefensa y en su lamentable muerte.
María, al escuchar los gritos y ruidos provenientes del sufrimiento de Clauida, sacó
a los niños por la ventana de la habitación; al intentar salir ella, Pedro estaba dentro de la habitación, y con las intenciones de darle el mismo destino que a Claudia, lanzó un machetazo que alcanzó a rebanar la mejilla de María. Una vez afuera María huye con los niños a la casa de Don Rafael en busca de protección y denuncia a las acciones de Pedro.
La mañana siguiente, Don Rafael junto con sus peones, salen en busca de detener a Pedro y llevarlo ante la justicia; a la hora de iniciada la búsqueda, encuentran a Padro en la orilla del río lavando su machete ensangrentado, entonces Don Rafael pregunta de dónde provenía esa
sangre, a lo que Pedro respondió que pertenecía a la vaca muerta del día anterior, antes de que pudieran detenerlo, Pedro subió a su caballo y huyó. Desde entonces nadie ha vuelto a saber de él.
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