lunes, 26 de septiembre de 2016


Ana Hernández Villalobos 

¿De qué modo se ajusta el texto a las convenciones de un género determinado y se desvía de ellas?
La Divina Comedia de Dante Alighieri es una obra de literatura romance, conocida mundialmente. Pero, ¿de qué modo se ajusta éste texto tan reconocido a las convenciones de un género determinado, y cómo se desvía de ellas? Éste es un texto muy controversial escrito en Italia, a principios del siglo XIII, el último de la Edad Media. No obstante, la obra no es específicamente medieval, ya que introduce rasgos renacentistas, como temas profanos, humanísticos, y una estructura nueva: tripartita. Se divide en tres libros, Infierno, Purgatorio y Paraíso. Cada libro está compuesto de varios cantos, 34, 33 y 33, respectivamente, con un total de 100 que simbolizan la perfección. También se percibe el número tres en otros aspectos del libro, porque Dante relaciona este número con la trinidad de Dios. Además, por no identificarse con un género en específico, sino con varios y de distintas épocas, se desvía de los géneros que abarca. Por esto, este ensayo contestará a la pregunta ¿de qué modo se ajusta el texto a las convenciones de un género determinado y se desvía de ellas?, basándose específicamente en el canto XIX del Infierno.
Una característica principal de toda la Comedia es la alegoría. El canto XIX, repleto de figuras literarias y simbolismos, relata sobre los simoniácos: 
“ ¡Oh Simón mago! ¡Oh míseros secuaces
que las cosas de Dios…

por oro y por plata adulteráis!” (186)
por lo que se percibe que los simoniácos son aquellos que intentaban conseguir privilegios de Dios a través del ‘oro y plata’, y otros medios materiales. El materialismo es un concepto del neoplatonismo, característico del Renacimiento, que teoriza como la materia hace del hombre un pecador. Dante explica cómo los simoniácos acaban “en la tercera fosa” (186) del octavo círculo del infierno, dándose así un poder casi ecuánime al de Dios al castigar a personajes reales. El hablar del infierno, pecados, y una ideología humanista, también era avanzado para su época, haciendo que en apariencia esta obra se desvíe de los temas tradicionales de la ideología Judeocristiana tan recurrentes en la Edad Media. La mezcla entre filosofías Renacentistas y problemas Medievales ofreció al autor la oportunidad de explorar géneros controversiales para su época, así como las incontables metáforas, comparaciones, personificaciones, y significados asociados con colores y objetos, que dejan libre a la interpretación y disfrazan el mensaje directo de la obra: la corrupción y el abuso de la Iglesia, sus pecados.
 “ y él gritó: ¿Ya está aquí muerto,
ya estás aquí muerto, Bonifacio?” (187)
En este diálogo entre el papa de aquella época, Bonifacio y el papa ya difunto, Nicolás III, el autor da a entender que ambas representaciones de Dios en la Tierra estaban destinados al infierno por su simonía, engañando “a la bella dama, para luego destruirla” (187). La mujer ya no es solo un amor cortés (como en el Dolce Stil Nuovo), sino que la Iglesia es mujer, exaltándola e insinuando que es angelical, algo característico del Petrarquismo y que alude a los principios del renacimiento. Por lo tanto, este verso expresa el engaño hacia ‘la bella dama’, porque se puede interpretar que ambos querían a la misma mujer (algo profano al ser papas) o lo correcto: la ‘bella dama’ es la Iglesia, por su divinidad. En este canto, Dante también denomina al rey de Francia de esa época, débil y víctima para los simoniacos, sumándose a las numerosas acusaciones que crearon la polémica que resultó en su exilio.
El canto termina con dos estrofas metafóricas, reforzando las convenciones de un poema alegórico, y a su vez su crítica hacia la Iglesia, otro acto pagano, que rompe con el Dolce Stil Nuovo y la literatura medieval pues ya no valora a la mujer como ángel, como se esperaría del Petrarquismo y tampoco es específicamente trágico ni didáctico. Es una temática realmente avanzada para las conformidades de la época; hablar sobre la mujer como algo corrompido no fue común hasta tiempo después:
“cuando la que está sentada sobre las aguas 
prostituida con reyes por él fue vista” (189)
Finalmente, Dante explica cómo la Iglesia estaba erigida sobre territorio corrupto, y que en si es corrompida por los mismos reyes y personajes Cristianos. La Iglesia, tras su reformación, con los sacramentos y mandatos recién establecidos, continúan degradándola como mujer por ser esclava de sus rectores, y perder su virtud. La temática profana de la obra tiene la finalidad de enseñar como redimir el alma y como llevar una vida digna del reino de Dios, dos temas principales de la Divina Comedia, y que por su propósito de enseñanza, además de ser un poema alegórico y trágico, es un poema didáctico. 
En conclusión, este canto, al igual que toda la obra, es un conjunto de ideas de diversos estilos literarios que le proporcionan la oportunidad para enseñar a los lectores de su época sobre el verdadero mensaje de Dios (según Dante). De los géneros dentro del canto, los que destacan son el humanismo, el petrarquismo, la tragedia, la didáctica y la alegoría. De estos, el único a través de todo este canto e Infierno es la tragedia, puesto que trata sobre personajes difuntos y sus finales fatales mientras que la alegoría y la didáctica son recurrentes en toda la obra. Es por esto que es difícil catalogar esta obra dentro de un género en específico, a pesar de que críticos la han catalogado como un poema épico, es más que eso, una verdadera simbiosis, una mezcla de características y desviaciones que la hacen una obra tan particular. 





Fuentes
Alighieri, D. (2012). Divina Comedia Edición De Giorgio Petrocchi Y Luis Martínez De  Merlo. 14va ed. Madrid: Catedra Letras Universales.
Dante Alighieri. (n.d.). (2014). Sept. 8, 2016, de http://www.biografiasyvidas.com/biografia/d/dante.htm


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