Lula Curioca
Jimena Prado
PEGGY GUGGENHEIM
Peggy Guggenheim, mecenas y
coleccionista de arte del siglo XX, nació el 26 de agosto de 1898, en el seno
de una familia de magnates, los Guggenheim, un apellido vinculado al mundo del
arte. Murió en Padua, Italia, el 23 de diciembre de 1979.
INFANCIA Y ADOLESCENCIA
Marguerite, su nombre
original, era una de las tres hijas de Benjamin Guggenheim y de Florette
Seligman. Sus padres provenían de familias judías que habían emigrado desde
Europa y llevaban dos generaciones haciendo fortuna en Estados Unidos.
Poseedor de una conocida fama
de mujeriego, Benjamin Guggenheim vivía habitualmente en su apartamento de
París lejos de su esposa y de sus hijas. Cuando en abril de 1912 embarcó en
el Titanic en Cherburgo (Francia) lo acompañaba su amante, una
cantante francesa llamada Léontine Aubart, así como un pequeño grupo de
criados. Tanto él como sus criados perecieron en el hundimiento del
transatlántico y sus cuerpos nunca fueron recuperados.
Debido a la muerte de su
padre, a los catorce años Peggy pudo heredar una
pequeña fortuna que sustentó sus caprichos artísticos. La joven heredera,
aunque atractiva, no calificaba dentro de los parámetros de la estereotipada
jovencita bella, lo que la llevó a acomplejarse y mantenerse alejada de los
círculos sociales de su entorno. Tras terminar sus estudios, encontró trabajo
en una librería que comercializaba literatura de avant-garde y
ciertas representaciones inusuales del arte.
PARTIDA A EUROPA
En 1920, viajó a Europa y
descubrió mucho más que un continente: un horizonte lleno de experiencias.
Peggy no sabía mucho de arte moderno, pero se supo introducir en el mundo del
arte de Paris y forjó amistades, tales como Marcel Duchamp, que la introdujeron
en materia.
En 1938, inauguró en Londres la Guggenheim
Jeune con una exposición de Jean Cocteau. El arte surrealista y
abstracto que Cocteau exhibió era desconocido en el Reino Unido y pocos compraron
los cuadros. En afán de fomentar las ventas y consolar a los artistas, la misma
Peggy comenzó a comprar las obras secretamente. La exposición de la obra de
Cocteau fue seguida por exhibiciones de Kandinsky, Yves Tanguy, Wolfgang Paalen
y otros artistas, tanto famosos como emergentes. Peggy
convocó a exposiciones de collage y escultura con la participación de artistas
como Antoine Pevsner, Henry Moore, Alexander Calder, Raymond Duchamp-Villon,
Constantin Brancusi, Jean Arp, Max Ernst, Pablo Picasso, George Braque y Kurt
Schwitters. Peggy admiraba también el trabajo de John Tunnard y es acreditada
como su descubridora en la historia modernista.
A partir de este momento, la voracidad de Peggy por las obras de
vanguardia era cada día más extrema. Su lema se volvió “ Compra una
obra cada día ”. Gracias a la posibilidad económica de poder obedecer
a dicha premisa, su colección se tornó inmensa; así consiguió ser dueña y
hacedora de una de las colecciones más admiradas de arte moderno del mundo.
Peggy Guggenheim tenía pocas características de una
coleccionista de arte: no sabía nada sobre el tema y empezó su carrera hasta
los 40 años. Sin embargo, más que una coleccionista de arte, era una
coleccionista de personas, artistas famosos y amores fatales.
El 12 de junio de 1940, dos días antes de que los alemanes
invadieran París, Peggy finalmente huyó a Grenoble, en el sur de Francia. Su
colección había sido almacenada en el granero de un amigo en la Francia central
para salvaguardarla de los nazis. Tras varios meses viviendo en Marsella, donde
tuvo un lujurioso amorío con Max Ernst, Peggy y los artistas rescatados
escaparon a Estados Unidos en julio de 1941.
VUELTA A AMÉRICA
De vuelta Nueva York, Peggy y Max se alojaron en una mansión en
East River y se casaron en diciembre de ese mismo año; de su matrimonio
resultaron dos hijos. En octubre de 1942, Peggy abrió en Manhattan una nueva
galería llamada "The Art of This Century Gallery" (Galería el Arte de
Este Siglo). La galería estaba dividida en diferentes salas, cada una con un
tema artístico, así pues, había una sala para surrealismo y otra para cubismo,
además de un espacio para la venta de obras.
En 1943, Peggy Guggenheim estaba buscando nuevos talentos para
la exposición del Salón de Primavera que sería exhibida en su nueva galería; como
parte de esta búsqueda de talentos, Guggenheim colocó un anuncio en la
revista Art Digest. El anuncio especificaba que cualquier artista
norteamericano menor de treinta y cinco años podía presentar muestras de su
obra. Los finalistas serían elegidos por un jurado conformado por Peggy
Guggenheim, Piet Mondrian, Marcel Ducham, James Joseph Sweeney y James Thrall
Soby. Uno de los artistas a ser considerados fue Jackson Pollock. El
secretario/consejero de Peggy, Howard Putzel, resultó ser un temprano
impulsor de Pollock, refiriéndose a él como "genio" y aunque Peggy parecía no poder apreciar la
genialidad de Pollock finalmente éste fue admitido.
En 1943, Max Ernst y Peggy
Guggenheim se separaron. En 1947 Peggy Guggenheim cerró su galería Art of This
Century. "Estaba exhausta por mi trabajo en la galería, de la cual me
había convertido en una especie de esclava."
DE NUEVA YORK A VENECIA
A pesar de su éxito en “Art
of this Century”, Peggy decidió regresar a Europa debido a que Max Ernst le
rompió el corazón enamorándose de Leonora Carrington. Clement Greenberg,
crítico de arte americano, al enterarse del regreso de Peggy a Europa, declaró
que era un gran error para el arte del siglo XX. Peggy decide irse a Venecia,
lugar donde se sentía a salvo, y compró el Palazzo Venier dei
Leoni, un palacio inacabado del siglo XVIII, donde instaló un museo privado
para su enorme colección de cuadros y esculturas a orillas del Gran Canal. Hoy, el palacio acoge el Museo Guggenheim de Venecia.
Los
últimos años
Los últimos capítulos de su vida fueron desoladores. Su hija
Pegeen cayó en una profunda depresión consumida por agudas inestabilidades
mentales y, luego de años de tortuosa existencia, se suicidó en 1967. Peggy
nunca pudo sobreponerse a esa tragedia y se recluyó por completo en sus
aposentos venecianos. En 1979 murió a causa de una apoplejía y sus cenizas
fueron enterradas en una esquina del jardín del Palazzo Venier, cerca del lugar
donde ella solía dar sepultura a sus mascotas.
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